Ficha técnica:
Título: El cuento de la criada.
Autora: Margaret Atwood.
Año: 2019 (última edición).
Género: Narrativa, Ciencia
Ficción, Distopía.
Cantidad de páginas: 416.
Editorial: Salamandra.
Sinopsis:
Amparándose en la coartada del terrorismo
islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera
medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta
trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra
actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a
principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con
llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy.
En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear,
tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que
domina el país. Si Defred se rebela —o si, aceptando colaborar a regañadientes,
no es capaz de concebir— le espera la muerte en ejecución pública o el
destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos
tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos
detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso
su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado
tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento
de una persona. Y mucho menos su deseo.
Los peligros inherentes a mezclar religión y política; el empeño de todo
poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a sojuzgar a toda
la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento transgresor: son
tan sólo una muestra de los temas que aborda este relato desgarrador, aderezado
con el sutil sarcasmo que constituye la seña de identidad de Margaret Atwood.
Una escritora universal que, con el paso del tiempo, no deja de asombrarnos con
la lucidez de sus ideas y la potencia de su prosa.
Opinión personal:
Es una novela que narra una distopía. Está
ambientada en la República de Gilead, la cual tiene una sociedad totalitaria,
represiva y puritana, por lo que cualquier acto de rebeldía, por mínimo que
sea, es castigado con la muerte. Hace mucha alusión a las religiones
extremistas en general (no se enfoca en ninguna) al citarse a la Biblia, así
como la imposición de ciertos comportamientos y actitudes a los ciudadanos de
esa República.
En esta sociedad en particular, hay
distintos grupos de mujeres: las Esposas (de los Comandantes y las que tienen
mayor “poder”), las Criadas (las que deben cumplir el papel de “vientres de
alquiler”), las Marthas (las cocineras y limpiadoras), las Tías (las que se
encargan de reclutar a las Criadas) y las Econoesposas (las esposas de hombres
no tan pudientes y poderosos como los Comandantes). Se distinguen entre sí por
las vestiduras que llevan, por ejemplo, en el caso de las Criadas, son
reconocidas por estar vestidas de rojo, las Esposas de azul, y así con el resto
de los grupos.
Más allá de esta división de clases, todas
estas mujeres carecen de derechos en todo sentido, incluso se les quita el
poder de decisión sobre sus cuerpos.
En el caso concreto de las Criadas, tienen
el deber de procrear con el fin de entregar a la criatura al Comandante y a su Esposa
a los que sirve. Que un Comandante y su Esposa puedan tener una Criada es símbolo
de poder y riqueza, ya que Gilead es un mundo en donde hay cada vez menos niños
y los Comandantes son, en su mayoría, estériles (más allá de que en esa
sociedad está prohibido manifestar ese defecto sobre los hombres). Una vez que la
Criada logra cumplir su función, se le quita la criatura y es entregada a otra
familia para hacer lo mismo, una y otra vez.
A las Criadas les pone nombres nuevos,
empieza con “de” y a continuación, el nombre del Comandante al que sirven. En el
caso de nuestra protagonista, es posible deducir que su Comandante se llama
Fred, de ahí que su nombre sea Defred.
Los ciudadanos son fuertemente vigilados
por los Ángeles (las fuerzas de seguridad) y por los Ojos (los espías), por lo
que sentimos ese terror que se respira en el ambiente a través del personaje
principal del libro.
La protagonista de la novela, como
decíamos, es Defred, quien es una Criada que relata en primera persona sus
experiencias en la República de Gilead. Narra a cuentagotas lo que fue su vida
pasada como mujer normal y corriente como la de hoy en día: estaba casada,
tenía una hija, un trabajo, una casa, etc., en fin, lo que tiene cualquier
mujer ahora en una sociedad civilizada. Entonces, cuando se producen estos flashbacks,
genera un impacto muy grande en el lector al ver esa comparación cruel entre lo
que es normal para nosotros actualmente y lo que sucede en la República de Gilead.
La autora describe con sencillez y dureza lo que ocurre allí, generando aun más
impacto. Esto a su vez lleva a que caigamos en la cuenta de que, si bien
vivimos en una sociedad civilizada y que va mejorando en derechos, puede existir
ese peligro latente de que las cosas pueden cambiar drásticamente de un día
para otro.
En apariencia, Defred es una Criada sumisa
y obediente, pero, a medida que vamos avanzando en la historia, nos damos
cuenta de que hay cierta rebeldía en ella, y eso mismo se hace cada vez más
notorio cuando se cruza con otras Criadas que piensan en forma subversiva y
actúan en la clandestinidad.
Tiene un ritmo constante, que no decae en
ningún momento a lo largo de la historia y tiene un final abierto, donde deja
un montón de interrogantes sin resolver, por lo que, si queremos saber qué es
lo que sucede después, hay que leer la segunda parte: Los Testamentos.
Deja al lector una serie de reflexiones
acerca de temas que son motivos de intensos debates en nuestros tiempos, por
ejemplo, el vientre de alquiler, el aborto, la independencia de las mujeres en
todo sentido. Eso resulta muy llamativo, teniendo en cuenta la época en que fue
escrita esta novela, hace más de treinta años atrás.
By: Miss G.
Calificación:
Calificación:
![]() |
5/5 |
Comentarios
Publicar un comentario