Ficha técnica
Nombre: La lista de Shindler.
Autor: Thomas Keneally.
Año: 1982.
Editorial: Ediciones B.
Sinopsis: Año 1939. El ejército alemán invade Polonia. Tras él se precipita una nube de aventureros dispuestos a sacar partido de esa empresa de aniquilación. Entre ellos Oskar Schindler: un industrial célebre por su afición a las mujeres, la buena vida y muy hábil para atraerse los favores de los nazis influyentes. Pronto está al frente de una fábrica de productos esmaltados que funciona en Cracovia mediante el trabajo gratuito de obreros judíos. Pero a partir de ese momento, Oskar Schindler se convierte en una posibilidad de sobrevivir para las víctimas del nazismo. Con su fortuna, Schindler convierte esa mezcla de campo de concentración y fábrica en un lugar de esperanza para los judíos, gastando sumas inmensas para sobornar a la SS y obtener comida y remedios para los prisioneros. Más adelante logrará trasladar a muchos judíos a un lugar seguro en Checoslovaquia, en momentos en que el Reich envía a 60.000 prisioneros por día a los hornos de Aschwitz. Figurar en la lista de Schindler significará por lo menos la esperanza de un futuro para un judío prisionero.
Opinión personal
«...Cuando el asesinato se tornaba tan programado, habitual, industrial como era ahora en Cracovia, una actitud heróica no podía modificar la dirección de la abrumadora inercia del sistema.»
Así podría resumirse la lista de Schindler. Con una sola frase capaz de matar las ilusiones de cualquiera. Pero Oskar Schindler no era cualquier persona. Uno podría pensar que un nazi de posición no estaría dispuesto a poner en riesgo su propia vida para salvar a un judío.
No se trataba de algo personal, sino de que el sistema nazi de exterminio, era una máquina de matar. Una fábrica de muerte para millones de personas, solo por ser judío, por pensar distinto, por tener otro color de piel y otro origen.
Oskar compra una fábrica en quiebra, y comienza a contratar mano de obra judía «para contribuir con el esfuerzo de la guerra.» O al menos eso les decía a todos los altos rangos nazis. La fábrica era de esmaltados; básicamente se hacían ollas. Y en teoría, también armas bélicas, aunque esa parte de la fábrica estuviera años en experimentación.
Oskar era la cara visible de la fábrica, y también el hombre que sobornaba a los nazis, o intercambiaba a “sus” judíos, por mercancía. Con la excusa de que eran mano de obra calificada. Llegó a justificar con vehemencia la mano de obra de niños muy pequeños, y de un hombre con un solo brazo.
Thomas Kenneally creó una obra maestra que en muchos puntos, puede tomarse como El padrino de Mario Puzo. Con la obvia diferencia que Schindler no mató, ni mandó a mata a nadie. Y no lo hacía por el nombre de su familia, sino por la vida de cada judío que salvaba. Cada soborno, cada promesa, le aseguraba a un judío una fábrica como refugio.
—Tenemos el maldito poder de matarlos, por eso nos temen. (Amon Goeth)
—El poder, es tener la justificación para matar, y no lo hacemos. (Oskar Schindler)
Schindler tuvo que codearse con personas como Amon, que tenían un gran poder dentro del partido, aunque fuera un psicópata que se divertía matando al azar a obreros con su rifle antes de desayunar.
Pero también tuvo a un judío como Stern, que sin él, su fábrica no hubiera salido adelante. Que la fábrica se mantuviera en pie y con números «positivos» (al menos en los informes), era en gran parte su responsabilidad. Pero también luchaba por su vida, y no tenía nada que perder intentando salvarse.
Muchos deben conocer esta historia por la adaptación de Steven Spielberg del año 1993. Si no la han visto, véanla, es una joya del cine.
El libro también es un joya, aunque puede resultar pesado si no están acostumbrados a leer novela histórica. La mayor parte del libro no tiene diálogo como lo conocemos, sino que está escrito de forma de crónica, aunque novelada. Es un libro crudo, que retrata todas las vejaciones que tuvieron que vivir en la Cracovia de aquellos años a manos de los nazis.
El hambre, la pérdida, las violaciones… todo tristemente presente en el libro. Una realidad que debemos tener presente, para no cometer los mismo errores en el futuro.
Rescates como en Plazow o Awschitzch, lo proclaman como héroe a Oskar, y la historia nos dice que lo es. Al final de tantos años de esfuerzo, se logró salvar a 1200 judíos de los campos de Alemania y Polonia.
By:Sr.R.
Valoración:
Nombre: La lista de Shindler.
Autor: Thomas Keneally.
Año: 1982.
Editorial: Ediciones B.
Sinopsis: Año 1939. El ejército alemán invade Polonia. Tras él se precipita una nube de aventureros dispuestos a sacar partido de esa empresa de aniquilación. Entre ellos Oskar Schindler: un industrial célebre por su afición a las mujeres, la buena vida y muy hábil para atraerse los favores de los nazis influyentes. Pronto está al frente de una fábrica de productos esmaltados que funciona en Cracovia mediante el trabajo gratuito de obreros judíos. Pero a partir de ese momento, Oskar Schindler se convierte en una posibilidad de sobrevivir para las víctimas del nazismo. Con su fortuna, Schindler convierte esa mezcla de campo de concentración y fábrica en un lugar de esperanza para los judíos, gastando sumas inmensas para sobornar a la SS y obtener comida y remedios para los prisioneros. Más adelante logrará trasladar a muchos judíos a un lugar seguro en Checoslovaquia, en momentos en que el Reich envía a 60.000 prisioneros por día a los hornos de Aschwitz. Figurar en la lista de Schindler significará por lo menos la esperanza de un futuro para un judío prisionero.
Opinión personal
«...Cuando el asesinato se tornaba tan programado, habitual, industrial como era ahora en Cracovia, una actitud heróica no podía modificar la dirección de la abrumadora inercia del sistema.»
Así podría resumirse la lista de Schindler. Con una sola frase capaz de matar las ilusiones de cualquiera. Pero Oskar Schindler no era cualquier persona. Uno podría pensar que un nazi de posición no estaría dispuesto a poner en riesgo su propia vida para salvar a un judío.
No se trataba de algo personal, sino de que el sistema nazi de exterminio, era una máquina de matar. Una fábrica de muerte para millones de personas, solo por ser judío, por pensar distinto, por tener otro color de piel y otro origen.
Oskar compra una fábrica en quiebra, y comienza a contratar mano de obra judía «para contribuir con el esfuerzo de la guerra.» O al menos eso les decía a todos los altos rangos nazis. La fábrica era de esmaltados; básicamente se hacían ollas. Y en teoría, también armas bélicas, aunque esa parte de la fábrica estuviera años en experimentación.
Oskar era la cara visible de la fábrica, y también el hombre que sobornaba a los nazis, o intercambiaba a “sus” judíos, por mercancía. Con la excusa de que eran mano de obra calificada. Llegó a justificar con vehemencia la mano de obra de niños muy pequeños, y de un hombre con un solo brazo.
Thomas Kenneally creó una obra maestra que en muchos puntos, puede tomarse como El padrino de Mario Puzo. Con la obvia diferencia que Schindler no mató, ni mandó a mata a nadie. Y no lo hacía por el nombre de su familia, sino por la vida de cada judío que salvaba. Cada soborno, cada promesa, le aseguraba a un judío una fábrica como refugio.
—Tenemos el maldito poder de matarlos, por eso nos temen. (Amon Goeth)
—El poder, es tener la justificación para matar, y no lo hacemos. (Oskar Schindler)
Schindler tuvo que codearse con personas como Amon, que tenían un gran poder dentro del partido, aunque fuera un psicópata que se divertía matando al azar a obreros con su rifle antes de desayunar.
Pero también tuvo a un judío como Stern, que sin él, su fábrica no hubiera salido adelante. Que la fábrica se mantuviera en pie y con números «positivos» (al menos en los informes), era en gran parte su responsabilidad. Pero también luchaba por su vida, y no tenía nada que perder intentando salvarse.
Muchos deben conocer esta historia por la adaptación de Steven Spielberg del año 1993. Si no la han visto, véanla, es una joya del cine.
El libro también es un joya, aunque puede resultar pesado si no están acostumbrados a leer novela histórica. La mayor parte del libro no tiene diálogo como lo conocemos, sino que está escrito de forma de crónica, aunque novelada. Es un libro crudo, que retrata todas las vejaciones que tuvieron que vivir en la Cracovia de aquellos años a manos de los nazis.
El hambre, la pérdida, las violaciones… todo tristemente presente en el libro. Una realidad que debemos tener presente, para no cometer los mismo errores en el futuro.
Rescates como en Plazow o Awschitzch, lo proclaman como héroe a Oskar, y la historia nos dice que lo es. Al final de tantos años de esfuerzo, se logró salvar a 1200 judíos de los campos de Alemania y Polonia.
By:Sr.R.
Valoración:
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